Actualmente, son muchos ya los que hablan del concepto de salud integral como algo que no abarca únicamente a la salud física y mental, sino, también, a la salud espiritual.
Por otra parte, muchos científicos de distintas disciplinas hablan ya abiertamente de que lo que normalmente mencionamos como "realidad" no es otra cosa que algo que tenemos en nuestra conciencia, no la materia. Que el universo que "conocemos/en el que nos movemos" es algo inmaterial, mental, espiritual.
----------------------------------------------------------------------------------------------
Como éste no es el tema central que nos ocupa en este artículo, a modo de ejemplo, véase:
- La entrevista a Jordi Pigem en el periódico "La Vanguardia" de Barcelona el día 11 de noviembre de 2016:
http://www.lavanguardia.com/lacontra/20161111/411784894762/el-universo-es-inmaterial-mental-y-espiritual.html
- Sobre el profesor Richard Conn Henry:
http://henry.pha.jhu.edu/rch.html
http://henry.pha.jhu.edu/The.mental.universe.pdf
---------------------------------------------------------------------------------------------
También se está hablando por determinados científicos acerca de la denominada "molécula del alma", la dimetiltriptamina (DMT), y de que cuando el feto del ser humano alcanza los 49 días de gestación, el alma entra dentro del mismo a través de su glandula pineal.
---------------------------------------------------------------------------------------------
Lo que nos interesa es todo lo relativo a la idea de que si tenemos, conjuntamente, cuerpo y alma (o espíritu, si te gusta más dicha palabra), y suele tenerse, en general, mucho interés en el cuidado de nuestro cuerpo, por dicho razonamiento, también deberíamos tener mucho interés en el cuidado de nuestra alma.
Es más: deberíamos mimarla, tenerla siempre presente en nuestra mentalidad, en nuestros pensamientos, en nuestras conductas...acariciarla, "darle nuestro cariño".
Por otra parte, si resulta que aquí, esta vida física presente ("material", de corta y problemática duración en el tiempo) es "de paso" y es muy importante (fundamental) evolucionar individualmente, cada uno de todos nosotros, en nuestra respectiva alma, como único medio para ir "superando" las etapas de las que nos hablan en esencia todas las religiones de nuestro planeta a lo largo de la Historia, podemos llegar a la conclusión de que no solemos prestar la suficiente atención, en el día a día, a lo largo de todos los momentos presentes del día, a la salud que la misma tiene.
¿CÓMO SABEMOS SI NUESTRA ALMA ESTÁ MÁS O MENOS "SANA"?
Es sencillo: nuestra alma está "sana" cuando está en paz.
Cuando una persona se encuentra relajada, serena, tranquila, está "en paz".
¿CÓMO PODEMOS DAR MUCHA SALUD A NUESTRA ALMA?
De dos maneras muy simples: comunicándonos interiormente y en silencio, en recogimiento (da igual el lugar y el momento del día), con Dios (o como le quieras llamar) y teniendo pensamientos/voluntad de dar/transmitir cualquier cosa que podamos considerar como "pensamiento/acto" (sea por acción, sea por omisión) de Amor.
¿CÓMO SE PRODUCEN LOS ATAQUES CONTRA LA SALUD DEL ALMA?
Son los espíritus malignos o demoniacos (a los que se refieren todas las religiones en general a lo largo de toda la Historia del planeta), que por nuestras facultades como seres humanos, en general, no llegamos a percibir, y que, posiblemente, existen en otras dimensiones (recordemos que los científicos nos hablan de la existencia de diversas dimensiones, así como, también, de múltiples universos), los que se nos pueden colar en cualquier momento aprovechándose de cualquiera de nuestras debilidades, para hacernos pensar y obrar de manera que, finalmente, nos lleguen sufrimientos.
Es como si dichas entidades no humanas se beneficiaran, de alguna manera, de los sufrimientos, de todo tipo, de los seres humanos.
¿POR QUÉ LO NORMAL ES PADECER SUFRIMIENTOS, DA IGUAL LA ÉPOCA HISTÓRICA Y LA SOCIEDAD CONCRETA EN LA QUE SE VIVA?
Porque son dichas entidades no humanas las que realmente gobiernan y mandan en este "mundo" en el que nos ha tocado "vivir".
Engañan continuamente a los seres humanos, en todo tipo de ámbitos de la vida cotidiana de la persona, de cada una de las personas. Siempre están intentando conseguir que, finalmente, todos y cada uno nos despistemos respecto a la salud de nuestra alma y sí "perdamos el tiempo" de nuestra "vida" física terrena, la actual.
Es por ello por lo que, en realidad, el ser humano, en su conjunto, tampoco avanza. Se le engaña. Aunque pueda haber líderes con las mejores de las intenciones, es igual: son objeto de engaño, y ellos, a su vez, sin saberlo, engañan a las masas que les siguen.
Las transformaciones económicas, políticas, sociales, culturales, finalmente, no son sino espejismos que encubren que esas entidades no humanas, esos espíritus malignos o demoniacos, incitan continuamente a las personas a través de sus debilidades para conseguir sufrimiento, cualquier tipo de sufrimiento: en mayo o menor grado, con unas características u otras, pero sufrimientos al fin y al cabo.
Alteración, sentirse mal, desasosiego, inestabilidad, no estar calmado, sufrimiento, etc. Viene a ser todo lo mismo.
Espejismos, engaños, manipulaciones en tu mente, en tu inteligencia...Pero son ellos los que mandan en este mundo en el que nos ha tocado "vivir".
Te recomiendo leas este artículo mío, complementario del presente, que se encuentra en este mismo blog: "INFIERNO...¿CUÁL ES TU INFIERNO?", en el presente link o enlace: http://matiasvargaspuga.blogspot.com.es/2012/11/infierno-cual-es-tu-infierno-hell-what.html
======================================================================
EL BUDISMO, UNA FILOSOFÍA PRÁCTICA DE CÓMO IR CAMINANDO POR LA VIDA FÍSICA TERRENA, SE DEDICA ESPECIALMENTE A LA METODOLOGÍA QUE NOS PUEDE LIBERAR DEL SUFRIMIENTO, DE ESTE INFIERNO PERSONAL DEL AQUÍ Y AHORA:
En el budismo se nos habla de los diferentes estados de ánimo que cada persona puede tener a lo largo del mismo día, por ejemplo. Es importante darse clara cuenta de que existe esa facilidad para que se produzcan esos cambios y de que es muy importante estar alerta y saber qué armas tenemos para poder esquivar o repeler los impulsos o pensamientos negativos. Así son esos diez estados internos:
"El budismo categoriza este abanico aparentemente infinito de estados de vida en diez “estados” internos. Este concepto de los “diez estados” ofrece un marco útil para comprender tanto la naturaleza cambiante de nuestros estados de ánimo como la naturaleza o tendencias básicas de nuestro carácter. De forma aún más significativa, nos proporciona el sentido de las inmensas posibilidades inherentes a la vida en cada momento. El principio de los diez estados es la base de la visión budista de la vida. Los estados, citados en orden ascendente en función del grado de libre albedrío, compasión y felicidad que uno experimenta, son los siguientes: (1) infierno, (2) entidades hambrientas, (3) mundo de la animalidad (4) asuras, (5) seres humanos (6) seres celestiales, (7) los que escuchan la voz, (8) los que toma conciencia de las causas, (9) bodhisattvas y (10) budas. (...) Entre las enseñanzas del budismo, el Sutra del loto revolucionó aún más este paradigma, enseñando que los diez estados son diez estados de vida equitativamente inherentes a cada ser vivo en cada momento. El Sutra del loto, por el contrario, enseña que los estados de vida del total de los diez estados, incluido el de la Budeidad, están presentes en nuestra vida de forma inherente. La vida, en cada momento, manifiesta uno de los diez estados y, cada uno de estos mundos posee el potencial de la totalidad de los diez dentro de él (el principio de “la posesión mutua de los diez estados”). Por lo tanto, es posible abrir en cualquier momento cualquiera de estos estados de vida, incluido el de la Budeidad, a través del contacto con un estímulo externo que así nos lo permita.
El estímulo que abre el estado de la Budeidad es la enseñanza que expone la verdad de la iluminación del Buda, es decir, la posibilidad de abrir inmediatamente este estado dentro de uno mismo. Nichiren corporificó esta enseñanza y principio en el objeto físico del Gohonzon, un pergamino inscrito con caracteres chinos. Él enseñó que al recitar Nam-myoho-renge-kyo al Gohonzon con fe en nuestra Budeidad inherente, podemos abrir el estado de la Budeidad dentro de nosotros y aprovechar las virtudes del Buda, tales como la sabiduría, el amor compasivo y el coraje.
El estado de las entidades hambrientas, o el estado de vida de hambre, es un estado en el que uno está espiritual y físicamente atormentado por un ansia insaciable.
El estado de los animales, o el estado de vida de la animalidad (que refleja la antigua concepción india de la naturaleza de los animales) se caracteriza por la estupidez, en el sentido de movernos por impulsos y preocuparnos solo por el beneficio y la gratificación inmediatos. En esta condición, se carece de la capacidad de emitir juicios morales y éticos. Debido a que los estados del infierno, las entidades hambrientas y la animalidad representan condiciones de sufrimiento, se los conoce conjuntamente como los “tres malos caminos”.
En la antigua mitología india los asuras eran demonios pendencieros. Una característica del estado de los asuras, o del estado de vida de ira, es la obsesión con la superioridad personal o con la propia importancia, una tendencia a compararse siempre con los demás y querer ser mejor que ellos. Otra característica de este estado de vida es la “perversidad” de ocultar los propios sentimientos para congraciarse con los demás.
El estado de los seres humanos, o el estado de vida de humanidad, es un estado tranquilo, sereno y humano. Las personas en esta condición comprenden el principio de causa y efecto y poseen el suficiente raciocinio para conocer la diferencia entre el bien y el mal. Sin embargo, este estado de vida es vulnerable ante condiciones externas negativas y no puede ser sostenido sin un esfuerzo constante de superación y desarrollo personal.
En la India antigua, se creía que aquellos que realizaban buenas acciones en su vida presente renacerían como deidades en el reino celestial.
En el budismo, el estado de los seres celestiales, o el estado de vida de éxtasis, es considerado como la condición de alegría o euforia que experimentamos cuando nuestros deseos se cumplen. Sin embargo, esta alegría no es duradera. Se desvanece y desaparece con el paso del tiempo y a medida que las situaciones cambian.
Los estados comprendidos entre el infierno y las entidades celestiales, los “seis caminos”, son fácilmente influenciables por las circunstancias externas, por lo que estos estados de vida no son verdaderamente libres ni autónomos. El budismo alienta a las personas a trascender los seis caminos y a desarrollar un estado de felicidad autónomo a través de la práctica budista.
El estado de los que escuchan la voz es el estado de vida alcanzado por aquellos que obtienen un despertar parcial a través de escuchar las enseñanzas del Buda, mientras que el estado de los que toman conciencia de las causas se refiere al estado de vida alcanzado por aquellos que obtienen un despertar parcial a través de sus propias observaciones y esfuerzo. Estos dos estados de vida se caracterizan por la toma de conciencia del principio de causa y efecto, así como de la verdad de que nada en la vida es permanente. Esta es la base de la comprensión de que el apego a cosas diversas es una fuente de sufrimiento y que eliminar el apego conduce a la liberación.
La limitación de estos estados de vida es una tendencia hacia el egocentrismo y el ensimismamiento. En las escrituras budistas Mahayana, tales discípulos fueron criticados por el Buda a causa de una especie de autosatisfacción que los hacía reacios a ir más allá de los límites de su parcial despertar y esforzarse por la plena iluminación del Buda.
Las personas en el estado de los bodhisattvas se esfuerzan por alcanzar la iluminación del Buda. Lo que los distingue es su aspiración al estado de vida iluminado manifestado por su mentor, el Buda, que trabaja incansablemente para liberar a las personas del sufrimiento. Los bodhisattvas se caracterizan por la compasión y el altruismo, la empatía hacia el dolor y las preocupaciones de los demás y el deseo de ayudarlos a aliviar ese sufrimiento y encontrar la alegría.
Por último, el estado de la Budeidad describe el estado de vida de mayor nobleza que un ser vivo puede manifestar. Sin embargo no se trata de un estado sobrehumano o sobrenatural. El término “buda" significa “despierto”. Un buda ha despertado al principio fundamental de la “Ley Mística”, es decir a que toda vida posee un valor intrínseco e irremplazable y que todos los seres vivos son capaces de aprovechar sus fortalezas únicas y crear así valor en ellos mismos y en su entorno. En otras palabras, cada ser vivo es, en sí mismo, una manifestación de la Ley Mística. Aquellos que despiertan a este principio y basan en él sus acciones, son budas.
Aunque el estado de vida de la Budeidad es en origen inherente a cada uno de nosotros, resulta difícil manifestarlo en nuestra vida cotidiana. La práctica budista establecida por Nichiren (la de recitar Nam-myoho-renge-kyo, o devocionarnos a la Ley Mística) es revolucionaria porque proporciona un medio para que todas las personas manifiesten el estado de la Budeidad en cualquier momento, independientemente de sus circunstancias.
Este estado de vida de la Budeidad se puede describir en términos contemporáneos como un estado de felicidad absoluta e indestructible que no se ve afectado por cambios o dificultades circunstanciales. Aunque esto no implica verse libre de sufrimientos y problemas, sí indica la posesión de una fuerza vital vibrante y sólida y una abundante sabiduría para desafiar y superar todos los sufrimientos y dificultades que podamos encontrar. Más importante aún, en palabras de Ikeda, presidente de la SGI, alcanzar la Budeidad significa “arraigar en la vida el sentimiento sincero de anhelar la felicidad de uno mismo y de los demás, y emprender continuamente acciones constructivas, con esa postura”. Es un estado de vida de máxima esperanza y plenitud.
Te recomiendo leas este artículo mío, complementario del presente, que se encuentra en este mismo blog: "INFIERNO...¿CUÁL ES TU INFIERNO?", en el presente link o enlace: http://matiasvargaspuga.blogspot.com.es/2012/11/infierno-cual-es-tu-infierno-hell-what.html
======================================================================
EL BUDISMO, UNA FILOSOFÍA PRÁCTICA DE CÓMO IR CAMINANDO POR LA VIDA FÍSICA TERRENA, SE DEDICA ESPECIALMENTE A LA METODOLOGÍA QUE NOS PUEDE LIBERAR DEL SUFRIMIENTO, DE ESTE INFIERNO PERSONAL DEL AQUÍ Y AHORA:
En el budismo se nos habla de los diferentes estados de ánimo que cada persona puede tener a lo largo del mismo día, por ejemplo. Es importante darse clara cuenta de que existe esa facilidad para que se produzcan esos cambios y de que es muy importante estar alerta y saber qué armas tenemos para poder esquivar o repeler los impulsos o pensamientos negativos. Así son esos diez estados internos:
"El budismo categoriza este abanico aparentemente infinito de estados de vida en diez “estados” internos. Este concepto de los “diez estados” ofrece un marco útil para comprender tanto la naturaleza cambiante de nuestros estados de ánimo como la naturaleza o tendencias básicas de nuestro carácter. De forma aún más significativa, nos proporciona el sentido de las inmensas posibilidades inherentes a la vida en cada momento. El principio de los diez estados es la base de la visión budista de la vida. Los estados, citados en orden ascendente en función del grado de libre albedrío, compasión y felicidad que uno experimenta, son los siguientes: (1) infierno, (2) entidades hambrientas, (3) mundo de la animalidad (4) asuras, (5) seres humanos (6) seres celestiales, (7) los que escuchan la voz, (8) los que toma conciencia de las causas, (9) bodhisattvas y (10) budas. (...) Entre las enseñanzas del budismo, el Sutra del loto revolucionó aún más este paradigma, enseñando que los diez estados son diez estados de vida equitativamente inherentes a cada ser vivo en cada momento. El Sutra del loto, por el contrario, enseña que los estados de vida del total de los diez estados, incluido el de la Budeidad, están presentes en nuestra vida de forma inherente. La vida, en cada momento, manifiesta uno de los diez estados y, cada uno de estos mundos posee el potencial de la totalidad de los diez dentro de él (el principio de “la posesión mutua de los diez estados”). Por lo tanto, es posible abrir en cualquier momento cualquiera de estos estados de vida, incluido el de la Budeidad, a través del contacto con un estímulo externo que así nos lo permita.
El estímulo que abre el estado de la Budeidad es la enseñanza que expone la verdad de la iluminación del Buda, es decir, la posibilidad de abrir inmediatamente este estado dentro de uno mismo. Nichiren corporificó esta enseñanza y principio en el objeto físico del Gohonzon, un pergamino inscrito con caracteres chinos. Él enseñó que al recitar Nam-myoho-renge-kyo al Gohonzon con fe en nuestra Budeidad inherente, podemos abrir el estado de la Budeidad dentro de nosotros y aprovechar las virtudes del Buda, tales como la sabiduría, el amor compasivo y el coraje.
Del infierno a la Budeidad
El estado del infierno es un estado de vida en el que uno es prisionero del sufrimiento y carece por completo de libertad. Vivir resulta en sí mismo doloroso, y todo lo que vemos está teñido por nuestra infelicidad y tristeza.El estado de las entidades hambrientas, o el estado de vida de hambre, es un estado en el que uno está espiritual y físicamente atormentado por un ansia insaciable.
El estado de los animales, o el estado de vida de la animalidad (que refleja la antigua concepción india de la naturaleza de los animales) se caracteriza por la estupidez, en el sentido de movernos por impulsos y preocuparnos solo por el beneficio y la gratificación inmediatos. En esta condición, se carece de la capacidad de emitir juicios morales y éticos. Debido a que los estados del infierno, las entidades hambrientas y la animalidad representan condiciones de sufrimiento, se los conoce conjuntamente como los “tres malos caminos”.
En la antigua mitología india los asuras eran demonios pendencieros. Una característica del estado de los asuras, o del estado de vida de ira, es la obsesión con la superioridad personal o con la propia importancia, una tendencia a compararse siempre con los demás y querer ser mejor que ellos. Otra característica de este estado de vida es la “perversidad” de ocultar los propios sentimientos para congraciarse con los demás.
El estado de los seres humanos, o el estado de vida de humanidad, es un estado tranquilo, sereno y humano. Las personas en esta condición comprenden el principio de causa y efecto y poseen el suficiente raciocinio para conocer la diferencia entre el bien y el mal. Sin embargo, este estado de vida es vulnerable ante condiciones externas negativas y no puede ser sostenido sin un esfuerzo constante de superación y desarrollo personal.
En la India antigua, se creía que aquellos que realizaban buenas acciones en su vida presente renacerían como deidades en el reino celestial.
En el budismo, el estado de los seres celestiales, o el estado de vida de éxtasis, es considerado como la condición de alegría o euforia que experimentamos cuando nuestros deseos se cumplen. Sin embargo, esta alegría no es duradera. Se desvanece y desaparece con el paso del tiempo y a medida que las situaciones cambian.
Los estados comprendidos entre el infierno y las entidades celestiales, los “seis caminos”, son fácilmente influenciables por las circunstancias externas, por lo que estos estados de vida no son verdaderamente libres ni autónomos. El budismo alienta a las personas a trascender los seis caminos y a desarrollar un estado de felicidad autónomo a través de la práctica budista.
El estado de los que escuchan la voz es el estado de vida alcanzado por aquellos que obtienen un despertar parcial a través de escuchar las enseñanzas del Buda, mientras que el estado de los que toman conciencia de las causas se refiere al estado de vida alcanzado por aquellos que obtienen un despertar parcial a través de sus propias observaciones y esfuerzo. Estos dos estados de vida se caracterizan por la toma de conciencia del principio de causa y efecto, así como de la verdad de que nada en la vida es permanente. Esta es la base de la comprensión de que el apego a cosas diversas es una fuente de sufrimiento y que eliminar el apego conduce a la liberación.
La limitación de estos estados de vida es una tendencia hacia el egocentrismo y el ensimismamiento. En las escrituras budistas Mahayana, tales discípulos fueron criticados por el Buda a causa de una especie de autosatisfacción que los hacía reacios a ir más allá de los límites de su parcial despertar y esforzarse por la plena iluminación del Buda.
Las personas en el estado de los bodhisattvas se esfuerzan por alcanzar la iluminación del Buda. Lo que los distingue es su aspiración al estado de vida iluminado manifestado por su mentor, el Buda, que trabaja incansablemente para liberar a las personas del sufrimiento. Los bodhisattvas se caracterizan por la compasión y el altruismo, la empatía hacia el dolor y las preocupaciones de los demás y el deseo de ayudarlos a aliviar ese sufrimiento y encontrar la alegría.
Por último, el estado de la Budeidad describe el estado de vida de mayor nobleza que un ser vivo puede manifestar. Sin embargo no se trata de un estado sobrehumano o sobrenatural. El término “buda" significa “despierto”. Un buda ha despertado al principio fundamental de la “Ley Mística”, es decir a que toda vida posee un valor intrínseco e irremplazable y que todos los seres vivos son capaces de aprovechar sus fortalezas únicas y crear así valor en ellos mismos y en su entorno. En otras palabras, cada ser vivo es, en sí mismo, una manifestación de la Ley Mística. Aquellos que despiertan a este principio y basan en él sus acciones, son budas.
Aunque el estado de vida de la Budeidad es en origen inherente a cada uno de nosotros, resulta difícil manifestarlo en nuestra vida cotidiana. La práctica budista establecida por Nichiren (la de recitar Nam-myoho-renge-kyo, o devocionarnos a la Ley Mística) es revolucionaria porque proporciona un medio para que todas las personas manifiesten el estado de la Budeidad en cualquier momento, independientemente de sus circunstancias.
Este estado de vida de la Budeidad se puede describir en términos contemporáneos como un estado de felicidad absoluta e indestructible que no se ve afectado por cambios o dificultades circunstanciales. Aunque esto no implica verse libre de sufrimientos y problemas, sí indica la posesión de una fuerza vital vibrante y sólida y una abundante sabiduría para desafiar y superar todos los sufrimientos y dificultades que podamos encontrar. Más importante aún, en palabras de Ikeda, presidente de la SGI, alcanzar la Budeidad significa “arraigar en la vida el sentimiento sincero de anhelar la felicidad de uno mismo y de los demás, y emprender continuamente acciones constructivas, con esa postura”. Es un estado de vida de máxima esperanza y plenitud.
(https://www.sgi.org/es/acerca-de-nosotros/conceptos-budistas/diez-estados.html)
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
¿QUÉ ES LO MÁS RECOMENDABLE QUE PODEMOS HACER?
Estamos como en una especie de terrario, en el que nos han puesto por la razón que sea. Nuestra única misión aquí es subsistir lo mejor posible a lo largo del tiempo en el que se nos deje "vivir", pero cuidando todo nuestro ser, lo que incluye no sólo al cuerpo sino también, y con preferencia, a nuestra alma, tan vulnerable o más que el propio cuerpo.
