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jueves, 15 de noviembre de 2012

INFIERNO... ¿CUÁL ES TU INFIERNO? / HELL ... WHAT IS YOUR HELL?/ INFERNO ... QUAL È IL TUO INFERNO?/

Yo soy de la opinión de que cuando se escribe para todo tipo de posibles lectores, el lenguaje que hay que utilizar es el que sea más fácil de entender por todos: el vulgar, el coloquial. Así que si el lector se tropieza de pronto con expresiones que pueda considerar como de mal gusto o a las que calificaría mucho peor, piense que es debido a la necesidad de que los pensamientos que aquí se exponen puedan llegar lo más fácilmente posible a cualquier destinatario interesado.
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Cuando se suele comentar en una conversación: "Está viviendo un infierno/ Su vida se ha convertido en un infierno", o bien se dice a alguien: "¡Vete al infierno!", es evidente que se está aludiendo a que dicha persona no lleva una vida cotidiana "relativamente tranquila", anímicamente tranquila, "en paz", sino a que se encuentra psicológicamente inestable, en mayor o menor grado. Y que ello le comporta muchos quebraderos de cabeza, muchos problemas....y si se le desea "un infierno", se le está deseando que su vida se le "complique sobremanera", que no vuelva a "vivir tranquilo nunca más". O lo que es lo mismo: que no tenga "paz interior", tranquilidad de espíritu...incluso (por qué no pensarlo, por qué no decirlo, vayamos más allá, subamos al siguiente escalón de la escalera, del camino individual y personal de nuestra propia vida, seamos capaces de superar los miedos y prudencias que la educación a través de la Diosa Razón y el Progresismo mal entendido nos han metido a los largo de décadas) es como si se le dijera a dicha persona: "que los demonios envenenen tu alma".

Consecuentemente, los sentidos, las tentaciones, los demonios, campan a sus anchas a lo largo de todos los dias de nuestra vida terrena. Y ya se sabe que "la carne" (el conjunto de nuestro cuerpo, incluyendo su mente) es "débil". Y que "crearse necesidades" es algo muy común a todas las personas, a la gran mayoría de las personas, si no a todas ellas. Las hay para todos los gustos, por decirlo de alguna manera. Hay tanta variedad en "el mercado exterior" al que tenemos acceso contínuamente, que es raro que alguien no encuentre alguna y la haga suya, la vaya previamente buscando (de forma consciente o inconsciente) o no.

Me viene al pensamiento el gran escritor cristiano ruso Fedor Dostoievski, figura universal, experto conocedor de los "mundos interiores" de las personas y él mismo protagonista de una vida compleja, de novela dramática, de una existencia terrena atosigada y atormentada por múltiples problemas cotidianos "exteriores" de todo tipo y por unas vivencias íntimas difíciles y dolorosas.

Así, también ocurre que cuando llega a nuestros oídos algo que se está diciendo sobre "el infierno", rápidamente solemos pensar en que se está hablando de cuestiones de religión, de alguna religión, y lo asociamos al "Mal", a "los demonios", al "pecado", al castigo divino que tendremos por "no seguir los preceptos mandados por Dios"en nuestra vida cotidiana. 
Curiosamente, se suele pensar más en algo que vendrá, en algo futuro tras nuestra muerte terrena, en "un sitio" al que iremos tras abandonar nuestro cuerpo físico. La gran mayoría está en la creencia de que será como consecuencia de un juicio que Dios/Alá/etc. le hará a su alma, basado en la conducta a lo largo de su vida, y que, si pierde en dicho juicio, la sentencia supondrá que se le condene eternamente a "estar/vivir/residir" en un "lugar" llamado Infierno, donde los "dolores" de todo tipo serán infinitos y permanentes...

Pero es igualmente posible entender (aunque serán minoría los que, de entrada, piensen en ello) que "vivir en el pecado" es "vivir en la Oscuridad", mientras que, a sensu contrario, "vivir sin pecado" suele ser sinónimo de "vivir en la Luz", en la "Paz interior", la del espíritu o alma, la del motor interno que mueve conductas y cuerpos. Y ésta es la cuestión central sobre la que aquí nos interesa concentrar nuestra atención: el alma/espíritu necesita ser alimentado con un buen y adecuado carburante, y nunca puede quedarse sin él. Si le falta o no se le da el que necesita, el motor no funcionará o no funcionará correctamente, y las conductas que el mismo propície no serán las adecuadas para que dicha persona tenga "Alegria interior/Paz interior/Luz interior"...tendrá más o menos "Infierno" en su vida diaria, aquí y ahora...

Jesús ya dijo que es en esta vida terrena donde "los demonios/el Mal/Satanás/etc." campan a sus anchas, que es donde realmente gobiernan, aquí, en "este mundo"...El Infierno ya está aquí, comienza aquí...por éso él nos dijo a todos los mortales "Mi reino no es de este mundo", porque su reino no se corresponde con el mundo físico, sino que reside en el mundo espiritual...su mensaje, el mensaje divino, es el Camino, es la Luz...quien sigue su mensaje, quien cree en él, va por el sendero correcto y va dejando a los lados "las penalidades y sufrimientos de todo tipo que se viven en el Infierno"...

Muchos estareis pensando "ya ha soltado el rollo clerical, y a mí, ¿de qué me sirve todo este rollo?"...abordemos otra vez la cuestión desde el principio: a los humanos nos gusta dejarnos llevar por los sentidos...es lo fácil...es más, en la cultura popular española, a lo largo de los siglos, siempre se ha fomentado la idea básica y sencilla de que mientras dure nuestra vida lo mejor que podemos hacer es "dejarnos llevar" y "pasarlo bien", "pasarlo a tope", "pasarlo lo mejor posible", que ya nos llegará la muerte cuando sea, no pensar en ella, etc. etc.

Follar buscando un "más allá", adentrándose en terrenos oscuros; tener aventuras fuera de la pareja, buscando la producción de todo tipo de situaciones y sensaciones físico-psíquicas que ello puede producir; robar en todas sus diferentes modalidades; drogarse, emborracharse, enviciarse adictivamente con cualquier sustancia o acción/omisión conductual; correr a una velocidad de máximo peligro, la búsqueda del placer en cualquiera de sus posibilidades y variantes; la avaricia; etc. son algo de lo más normal en la vida del día a día de la mayor parte de las personas. 

Todas, como seres humanos, terrenales, finitos, limitados que somos, estamos siendo tentadas contínuamente por "aquéllo", lo "otro", lo de "más allá"...¿y cuál es el problema si se cae en las tentaciones?, puede preguntarse más de uno...el problema vendrá determinado, sencillamente, por si se aceptan o no por cada persona las consecuencias que se deriven de caer en las mismas.
Lo que no es aceptable es caer en la tentación que sea y, después, cuando lleguen las consecuencias derivadas de haber caído en la misma, unas consecuencias que no van a ser nada agradables, que van a suponer la alteración y agravamiento de la forma en que llevas adelante tu vida cotidiana, no aceptarlas...quejarte...

¿No lo sabías de antemano que éso podía pasar? ¿No lo intuías?

"Infierno", "demonios", el "Mal" y la "Oscuridad", son una serie de palabras cuya utilización no suele ser muy habitual en el lenguaje coloquial vulgar o normal actual. Sin embargo, hasta no hace mucho tiempo, sí que eran de uso más frecuente en España. Su uso ha decaído en la medida en que ha ido decayendo la fe.

En el refranero y el conjunto de las frases y dichos populares, son muchas las referencias a dichos términos, a dichas palabras, dando una profundidad de sentido al concepto, a la interpretación de las mismas. Veamos algunos ejemplos:

- "Del Bien al Mal, no hay un canto de real": el real era una moneda utilizada hace unos siglos. Como el "Mal" siempre está al acecho, como los "demonios" contínuamente están tentándonos a la realización de alguna acción u omisión que es apetecible, el dicho popular nos recuerda que más nos vale estar siempre vigilantes.

- "Del dicho al hecho hay mucho trecho": es fácil hablar, predicar, pero ya es mucho más difícil ser consecuente, vivir de acuerdo con lo que se predica. Realmente, "personas santas", en cualquier creencia religiosa, hay muy pocas...Somos humanos y, por tanto, "poca cosa", débiles...

- "Quien mal anda, mal acaba": sin duda, se refiere a las "malas" acciones u omisiones en la conducta personal, y a que, como consecuencia de las mismas, las repercusiones no son nada beneficiosas para quien las realiza. No obstante, ¿son únicamente unas consecuencias negativas a causa de la represión - carcelaria o de otro tipo - y de las exigencias de reparación del daño causado, de lo que dictan las leyes respectivas de cada sociedad, o también suponen, en muchos casos, la falta de la suficiente y necesaria tranquilidad interior anímica, la existencia de inestabilidades psíquicas y emocionales..? 

Lo que aquí nos interesa resaltar es que normalmente no tenemos en cuenta las relaciones existentes entre las "malas y/o viciadas conductas" y la intranquilidad psicológica, la inquietud, el malestar psíquico consecuencia de las mismas.

¿Estás sólo?...si es así, recapacita un momento e intenta responderte a tí mismo a la siguiente pregunta: ¿cuál es mi infierno particular?

Las drogas de todo tipo, las adicciones de todo tipo, las "aventuras" sexuales, etc. etc....
Pueden ser muchas las respuestas posibles...el ser humano está contínuamente "tentado" a la realización de conductas "no adecuadas"...curiosamente, la realización de las mismas suelen producirle poco, mucho o muchísimo placer, pero, normalmente, durante poco tiempo o durante un tiempo relativamente breve, lo que le obliga a la continuidad en dichas conductas...hay un "encadenamiento" a dicha realización. Hay una causa y un efecto inmediato, bueno, placentero...pero, ¿a qué precio?
Es a dichos efectos negativos posteriores (en la mente, en la psique, en el espíritu, en las relaciones entre las personas) a los que se suelen referir las frases que contienen la palabra "infierno"...

Llegados aquí, a este punto intermedio, detengámonos un momento...pensemos...

Así dice un pensamiento de Mahatma Gandhi: "La más alta forma de libertad, lleva en ella la más grande medida de disciplina y de humildad". Y así, otros : "El hombre es peor que la bestia mientras alberga egoísmo y le es indiferente la felicidad ajena.../ La mayor parte de nosotros, en vez de ser dueños de los órganos sensoriales, nos convertimos en esclavos suyos.../Cuando todos los órganos sensoriales están al servicio del cuerpo y del alma, desaparecen los apetitos particulares de cada uno de los órganos. Cada órgano empieza entonces a funcionar conforme lo previsto por la naturaleza/ Estimo que es el colmo de la ignorancia creer que el acto sexual es función independiente y necesaria como dormir o comer. La unión sexual no está hecha para el placer, sino para la procreación. Debo declarar con todas mis fuerzas que la atracción sexual no es natural ni entre marido y mujer. La generalización de la castidad no conduciría a la extinción de la raza humana, la elevaría a un plano superior (...) En el matrimonio hay que autocontrolarse y el acto sexual realizado por simple placer, no es compatible con un alto desarrollo espiritual (...) y no hablemos de la satisfacción de los deseos carnales fuera del matrimonio (...) su amor se libera de la impureza del deseo y así se hace más fuerte (...) Vale más gozar con el cuerpo que gozar con el pensamiento. Es bueno el tratar de rechazar los deseos sexuales tan pronto como aparecen en la mente, tratar de domeñarlos; pero si, por falta de goces físicos, la mente se revuelca en pensamientos de goce, es legítimo satisfacer los apetitos del cuerpo. No tengo ninguna duda sobre el particular (...) Hay que controlar siempre las pasiones animales, incluso en pensamiento. Si está uno casado, hay que mirar a la propia mujer como una amiga de por vida y mantener con ellas relaciones perfectamente puras (...) Hay que conservar sólo lo imprescindible para nuestras necesidades corpóreas. Eliminar constantemente lo que sobra. Simplificar la vida".

También la denominada "sabiduría popular" ha ido cosechando frases hechas que han perdurado a lo largo de los siglos y que vienen a coincidir, en su mensaje de fondo, curiosamente, con los dictados usuales de los textos sagrados de las religiones:

- "Mande la razón y obedezca la pasión"
- "Manantiales de salud son la higiene y la virtud"
- "Malo es errar, pero peor es perseverar"
- "Mal camino no conduce a buen sitio"
- "La ocasión abre la puerta del pecado, evítala y evitarás el peligro"
- "La ocasión de pecar se debe siempre apartar y quitar"
- "La ocasión es la madre de la tentación"
- "La ocupación constante previene las tentaciones"
- "La pereza es la madre de todos los vicios"
- "La procesión va por dentro"
- "La prudencia es la fuerza de los débiles"
- "Lo que poco cuesta, poco se aprecia"
- "Lo que siembras, cosechas"
- "Los hombres prudentes aprenden con los errores de otros, los tontos por los errores propios"
-"Nadie aprecia lo que tiene hasta que lo ve perdido"
- "Ni hay vida sin muerte ni placer sin pesar"
- "Ninguna maravilla dura más de tres dias"
- "No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita"
- "No es sólo saber sumar, sino que hay que saber restar"

Bueno, por hoy ya está bien con lo introducido sobre la cuestión. Tiempo habrá, si Dios así lo quiere, de volver sobre ello. La Paz sea con vosotros.











                                                  
      

lunes, 5 de noviembre de 2012

ALEGRÍA DE VIVIR...SÍ, PERO...¿CÓMO?/ JOY OF LIVING...YES, BUT...HOW?

Es frecuente oir decir que la vida humana necesita "estímulos positivos"...que cualquier persona necesita, para ser mínimamente feliz en su vida cotidiana, tener "alegría de vivir"...

La pregunta que surge, de manera automática, es la siguiente: "¿Cómo puedo yo tener "alegría de vivir", ¿cómo puedo tener "estímulos positivos" que favorezcan una vida más feliz en mi vida cotidiana? ¿qué "estímulos positivos" pueden ser los que a mí en concreto, que soy diferente a todas las demás personas, me aporten ésa "alegría de vivir"?

En primer lugar, hay que tener en cuenta que no caben recetas generales que puedan ser útiles para todas las personas, porque cada persona tiene una composición física/psíquica propia, así como una evolución específica desde que ha nacido hasta el momento concreto en que se plantee, estando a solas consigo misma, que acciones/omisiones físicas y mentales son las que pueden proporcionarle sensaciones y pensamientos anímicamente positivos.

Una frase popular dice que aquéllo que favorece al cuerpo favorece a su vez al espíritu, y al revés, puesto que ambos están interconectados...

En segundo lugar, habrá que desarrollar el tema de manera que no únicamente tengamos una lista de acciones y omisiones físico/psíquicas, sino, también, un orden preferente de las mismas, una especie de graduación, de jerarquía de las mismas, empezando por las que consideramos que nos "aportan" más y bajando en dicho orden con aquellas que nos "aportan" menos.

En tercer y último lugar, habiendo asimilado las dos etapas anteriores, se requiere "ir más allá", algo que no es fácil para la mayoría de las personas, porque quizás se pueden llegar a intuir las respuestas a unas preguntas clave que a continuación vamos a plantear, pero ya será mucho más complicado intentar ser consecuentes si se encuentran las respuestas:

1. ¿Qué acciones/omisiones físico/psíquicas son las que te proporcionan más "alegría interior"/"alegría de vivir"?

2. ¿Cuáles son las que te proporcionan mucha "alegría interior/alegría de vivir" pero tienen una duración limitada en el tiempo?

3. ¿Cuáles son, pero te pueden ocasionar, al mismo tiempo, si "algo sale mal/se tuerce/falla", una gran tristeza?

4. ¿Cuáles son las que te proporcionan una gran "alegría interior/alegría de vivir", pero no en un grado tan grande como tú desearías en el fondo de tí?

5. ¿Cuáles son las que nunca te fallarán en el tiempo, las que te durarán toda tu vida, de forma permanente?

Sería bueno que cada uno de nosotros realizara, en las diferentes etapas de su vida, un pequeño examen de sí mismo, un examen sincero, auténtico, preguntándole a lo más profundo de su interior...y, si es suficientemente valeroso, que se atreva a llevar a cabo la realización de las respuestas que surjan...no será fácil, pero ya se sabe que todo lo que vale la pena en la vida requiere un esfuerzo...
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miércoles, 6 de junio de 2012

ALEGRIA DE VIVIR: ESTIMULACIÓN (I) / JOY OF LIVING: STIMULATION (I)/JOIE DE VIVRE: STIMULATION (I)/GIOIA DI VIVERE: STIMOLAZIONE (I)/Χαρά της ζωής: ΔΙΕΓΕΡΣΗ (Ι)/Lebensfreude: Stimulation (I)/Радость жизни: стимуляция (I)/فرح العيش: التحفيز (I)

En la actualidad, cuando se habla de salud, suele entenderse un concepto ámplio, el que abarca no sólo la salud física sino también la salud mental. Hay quienes, incluso, engoban en dicho concepto también a la que denominaríamos "salud espiritual".

Nos interesa en este artículo comenzar a analizar ya un poco por encima una cuestión que tiene que ver bien únicamente con la salud mental, bien, posiblemente también, en algunos aspectos, con la última mencionada. Es el tema de los denominados "estímulos para la alegría de vivir": a través de todos los medios de comunicación de masas se está haciendo incapié desde hace décadas en la idea de que las personas tenemos que tener "alegría para vivir" y, para ello, necesitamos tener "estímulos", estimularnos...

Consecuentemente con dicha idea básica, consideramos de primera importancia entrar en este tema desde una óptica diferente a la usualmente utilizada por la sociedad consumista en la que nos ha tocado vivir. Se nos inunda contínuamente - a través de nuestros sentidos - con la creación de "necesidades psicológicas" que sólo podemos satisfacer a través del consumo de productos. Se crean artificialmente una serie de necesidades, de dependencias psicológicas, que sólo pueden satisfacerse desde la lógica del mercado...el "juego" de la oferta y de la demanda...desde que existe el comercio, hay oferta de productos y hay demanda de productos...por éso mismo, no es de este tipo de cuestiones sobre las que queremos entrar con nuestros pensamientos, puesto que se trata de unas temáticas sobre las que hay abundantes conocimientos e información desde diversas disciplinas humanísticas.

Por el contrario, aquí nos interesa entrar a dibujar varias pinceladas que promuevan un cierto interés en su contestación individual por cada uno de nosotros, por cada uno de los lectores, desde su propia vertiente independiente, que a sí mismo se cuestione ciertas temáticas de fácil comprensión pero que suponen normalmente el mayor porcentaje de situaciones de su vida terrena.

Así, cuando alguien le dice a una persona: "Oye, necesitas aportar alegria de vivir a tu vida cotidiana" y el otro le responde "Sí, es cierto, pero ¿qué es lo que me estimularía a mí para tener más alegria en mi vida de cada día?", habrá que inducir a la mente subjetiva para que piense en todo aquello que va a posibilitar que dicha persona para que dé un giro en cada uno de sus futuros dias y adopte una actitud de acción/omisión en su mente, su cuerpo y su espíritu destinada a conseguir dicha finalidad.

Fundamental en dicha actitud de acción/omisión será la conciencia de la necesidad de realización de un esfuerzo subjetivo, más o menos grande, más o menos continuado a lo largo de un determinado tiempo. Gracias a dicho esfuerzo - y a la voluntad en la continuidad del mismo -  se conseguirá alcanzar una costumbre de autocontrol, de autoprogramación, de autosugestión incluso, lo que facilitará alcanzar mucho más fácilmente las metas propuestas. Un elemento clave para la consecución de los objetivos perseguidos será haber llegado a una serenidad del cuerpo, a una serenidad espiritual, psicológica...haber llegado a conseguir "paz"...sosiego.

Y es que el sosiego, la serenidad, la tranquilidad, la "paz", ha de ser el punto de partida a partir del cual cada uno de nosotros debemos pensar y llegar a determinar qué es lo que "nos da alegria"...por cuanto si sabemos qué es, sabremos determinar entonces el cómo, el procedimiento, el camino, para conseguirla...y qué medios necesitamos para ello. Es decir: qué estimulos..."qué"...

Hay un tema del que no se suele hablar mucho y que yo denomino como "las prisiones psicológicas o invisibles" que padecen muchas personas y que, a simple vista, desde fuera de sus hogares, no son percatables, por razones óbvias que no viene al caso comentar. Son aquéllas que vienen determinadas por las propias relaciones psico-afectivas familiares: entre la pareja, entre padres e hijos, entre abuelos y nietos, etc. Evidentemente, será necesaria la realización de las terapias adecuadas desde un punto de vista psicológico profesional que ayuden a la consecución previa de la necesaria serenidad, tranquilidad, sosiego o como lo queramos definir.

Sí quizás dejar anotada aquí una frase de vital importancia atribuida a Santa Teresa de Jesús y que tiene relación con algunas prisiones psico-afectivas familiares, principalmente, con las de pareja. Dijo lo siguiente: "Sólo Dios basta". O, lo que es lo mismo, a sensu contrario: nadie es suficiente, es totalmente suficiente, absolutamente suficiente...total, absoluto...es decir: ninguno de los miembros de una pareja psico-afectiva - y sea cual sea el tipo de relación psico-afectiva existente y el grado de  consecución/madurez que se llegue a alcanzar - va a llegar a cubrir nunca totalmente las necesidades de tipo psicológico que la otra persona pueda llegar a tener...sólo los profundamente creyentes, los "religiosamente creyentes" pueden llegar a semejante meta, da igual la religión que sea, pero no así los humanos "normales", los que componen la mayor parte de la sociedad, de todas las sociedades. La idea de que "el otro/a es Dios" es absolutamente falsa, porque no deja de ser un humano imperfecto en muchos o muchísimos aspectos o facetas de la vida cotidiana. Sólo el conocimiento del otro tal cual es, en cada momento, a lo largo de las diferentes etapas de su vida, y la aceptación del mismo, posibilita dar paso al respeto y al cariño...la actitud mútua es la base para la relación psico-afectiva para ambos miembros de la pareja. La autosugestión "amorosa" por parte de uno solo de los miembros de la pareja en relación al otro es tan sólo una forma de construirse a sí mismo una fabulosa "prisión invisible"...que conlleva sufrimientos, padecimientos psicológicos de todo tipo y a lo largo de tiempo y tiempo...

Partiendo, entonces, de la tenencia de dicha serenidad de una manera habitual en nuestra vida cotidiana, es como ya cada uno de nosotros debe hacerse las siguientes preguntas, sabiendo de la interconexión e interdependencia existente entre cuerpo y psique, que lo que favorece al cuerpo favorece al espíritu y al revés:

1. ¿Qué perjudica a mi cuerpo? 
 
    Hagamos una lista propia para cada uno de nosotros de todo aquello que consideremos perjudica a
    corto, medio y largo plazo a nuestra salud física. Contra más información seria y verídica   ponga-
    mos del por qué, más fácil será después tener la voluntad suficiente para llevar a cabo nuestras   
    acciones y omisiones conductuales para conseguir las metas propuestas.
    Siempre hemos de tener en cuenta todo aquello que puede inducirnos a pensar en lo que    no nos
    conviene.
    Y habrá que tener siempre en cuenta y dar la debida importancia a todo lo que puede provocar
    adicciones físicas y/o mentales y sus consecuencias para cada uno de nosotros. Si cada uno acepta
    por anticipado dichas consecuencias posteriores, ya será cosa de su propia libertad de elección
    respecto a lo que quiera hacer con su vida. Lo que vulgarmente suele denominarse como "allá cada
    cual", que para éso tenemos siempre, en última instancia, nuestra propia libertad de elección
    individual.

2. ¿Qué perjudica a mi psique/mente/espíritu?

     Este tema ya no es tan fácil como el anterior. Realizar una lista sincera y profundamente pensada,
     estando contigo mismo/a, en tu soledad, no es algo sencillo...hay cuestiones, como la pretendida
     "felicidad permanente", como los "amores imposibles", como "lo que podría ser y no es" y todo lo
     que induce a pensar sobre las mismas como algo alcanzable, realizable, posible, cuando en    rea-
     lidad no es así, sólo llevan a frustraciones...Se tratará, por tanto, de conseguir hechos, resultados,
     que sean posibles, factibles en su consecución por nuestra parte. Para ello puede resultar muy
     útil preguntarse las siguientes preguntas u otras que incidan sobre la "seguridad psicológica" que
     nos pueden proporcionar los estímulos que seleccionemos:

     - ¿Qué estímulos pueden "tener trampa", conllevar algún tipo de "peligros", ser algo así como
       "pan para hoy pero hambre para mañana"?
     - ¿Qué estímulos no me van a "fallar"?
     - ¿ Qué estímulos son los permanentes, perdurarán a lo largo del tiempo?

Las utopías, cualquier tipo de utopías, por "bonitas" que nos puedan parecer, son, por          definición,  inalcanzables, irrealizables...todas las frases al uso que circulan por internet relativas a que basta con desear fuertemente una cosa y que así la misma se llega a conseguir, que con los deseos ya se alcanzan las cosas deseadas, hay que tomarlas en consideración de una forma relativa, por ser de una eficacia relativa. Lo que sí es cierto es que es a partir de la verdad, a partir de la realidad, es cuando se puede construir, cuando se puede luchar para conseguir lo que se desea, y es evidente que a más deseo, a más actitud, a más esfuerzo, más autosugestión habrá y más fácil será realizar cada paso siguiente en la dirección que se pretenda seguir a lo largo del tiempo.
   

viernes, 4 de mayo de 2012

LA FELICIDAD DE LAS PERSONAS SENSIBLES Y LA PIRÁMIDE DE LA FELICIDAD INTERIOR O ESPIRITUAL / HAPPINESS OF INDIVIDUALS SENSITIVE AND THE PYRAMID OF THE INTERIOR OR SPIRITUAL HAPPINESS


¿Tú eres, te consideras, una persona, digamos, "sensible"? ¿No te has preguntado nunca cómo puedes ser más feliz, cómo puedes llegar a tener más momentos de "felicidad"/"alegria interior"/"satisfacción íntima", etc.
a lo largo de la mayor cantidad posible de todos los dias de tu vida? Este artículo trata de ser una herramienta útil para que cada uno de nosotros se haga a sí mismo dichas preguntas y posibilite la obtención de alguna que otra respuesta que facilite su paso por la vida. Y, con él, a todas aquellas otras personas con la que ser relaciona normal u ocasionalmente.

A poco que pensemos sobre cómo puede tenerse la mayor felicidad posible a lo largo de la vida terrena, y siempre que haya el mínimo de requisitos materiales adecuados a cada momento de la misma y a lo que sería medianamente aceptable por la mayor parte de la ciudadanía de la sociedad y época concretas en las que haya tocado vivir, teniendo también en cuenta que nos respete la enfermedad y el dolor, tanto a nosotros como a las personas de nuestra familia, llegaremos a una serie de conclusiones fáciles y sencillas, que, posiblemente, en poco se diferenciarán unas de otras, en su fondo, indistintamente de quién las realice.

Evidentemente, hay muchas tipos de personas/personalidades y este artículo únicamente hace referencia  a todas aquellas que se consideren a sí mismas como integrantes del grupo de las que podemos calificar con el adjetivo de “sensibles/espirituales”, tengan el grado que tengan en cuanto a la consciencia y a la intensidad
posible de vivencia subjetiva interior de dicha sensibilidad/espiritualidad.

Entendemos aquí por “felicidad” a los momentos de sensación/satisfacción interior/alegria íntima que proporciona un gran gozo subjetivo a la persona que está viviendo dicho momento.

No tenemos en cuenta aquí a todos aquellos productos, actos y todo tipo de actividades que están directa o indirectamente relacionados con los sentidos y la química existente en el cuerpo humano. Nuestro centro de atención es única y exclusivamente aquellos tipos de sensaciones que normalmente consideramos como parte de “nuestra vida interior” y que solemos calificar, en lenguaje vulgar, como “inmateriales”.

Igualmente, circunscribimos este corto y limitado análisis al ámbito geográfico, económico, sociológico, antropológico y cultural de la sociedad española actual, válido seguramente también para otras sociedades similares de nuestro entorno.

Partimos de varios conceptos y premisas básicas: el término “amor” lo utilizamos en el sentido máximo a que se refieren los Evangelios y otras religiones diferentes de la cristiana. Equivale o es sinónimo de “felicidad”.

Este vocablo lo pondríamos en el punto más alto de la pirámide, de una pirámide escalonada. Allí estarían aquellas personas, muy pocas personas, que a lo largo de mucho tiempo de su vida consiguen sentir la  mayor cantidad posible de momentos de la “felicidad” mencionada. En mi modesta opinión, en dicha cima encontraríamos a las personas con características propias de los denominados “místicos” o similares, personas espiritualmente muy avanzadas, que, además, lleven a cabo normalmente actividad/actividades que
afecten a otras personas y que vienen originadas, tienen su raíz, en dicho “amor” fraternal, sumando a ello las sensaciones de amor de pareja y el paterno-filial y la consciencia, percepción y amor hacia todo lo que les rodea, como parte viva del Todo.


En el punto más bajo de la pirámide, donde menos momentos existirían de dicha “felicidad” mencionada a lo largo del tiempo de la vida terrena, nos encontramos con aquellas personas que se encuentran solas, aisladas, que no tienen fe/”espiritualidad” o similar, que tienen de manera casi permanente la sensación de soledad interior existencial, que no se relacionan con otras personas o no se implican ni un mínimo emocionalmente con ellas, que no tienen pareja ni relaciones paterno-filiales o que, en la práctica, es como si no fuera así, por unas causas o por otras.

Otra forma de visualizar mentalmente la cuestión aquí tratada, de facilitar una mejor comprensión de esta temática, es la de imaginar que cada día de nuestra vida es como un cuadrado dividido a su vez en pequeños cuadraditos, cuadrículas: a más momentos que vivimos de "felicidad" (tal y como la hemos intentado explicar más arriba), más cuadraditos tendremos pintados con colores...y, a menos momentos que vivamos, más cuadraditos tendrán ausencia de color...
Las personas, las pocas personas, que estarían en la cima de la pirámide escalonada tendrían, a su vez, cada día como un cuadro impresionista, puntillista, etc. Es decir: un equilibrio perfecto lleno de múltiples colores...por contra, en el punto más bajo de dicha pirámide, encontraríamos a la mayor cantidad de personas, aquéllas cuyo cuadro diario cotidiano es semejante a una imagen sombría, oscura...

¿En qué parte de la pirámide escalonada podríamos colocar a las personas que tienen una relación de pareja medianamente satisfactoria y unas relaciones paterno-filiales buenas, a las que se consideran a sí mismas como unas personas "bastante felices", bastante llenos de afectividad/cariño/amor, tanto dando como recibiendo? Como es una situación relativamente normal, en la que sí pueden verse reflejadas una gran cantidad de personas, podríamos situarlas en el centro de la misma.

A su vez, este tipo de personas tendrían un cuadro en cada uno de sus dias, en muchos dias, mientras les dure dicha situación mencionada, con bastante colorido pero con muchas cuadrículas en blanco, gris o negro...
¿Y cómo podrían dichas personas que se encuentran en el centro de “la pirámide de la felicidad interior”subir peldaños en la misma? Creo que complementando, aportando, sumando más, a todo aquello que ya tienen. Cada persona debe plantearse periódicamente, a lo largo de su vida, qué aspectos puede "subir", "completar", "sumar"...Los caminos y procedimientos vendrán determinados en gran parte por las propias características interiores sensibles/”espirituales”/”inmateriales” de cada persona, por su propia capacidad de “emisión/recepción” en los temas/asuntos de “amor”, “amor fraterno”, “consciencia de su integración en el Todo”, etc. A más actividad en dichos aspectos, aquéllos que son inherentes a las personas
que se encuentran en la cima de la pirámide, más peldaños se subirá, más cerca se estará del tramo final. Cada nuevo paso hacia arriba comportará más momentos vividos de dicho "gozo interior"/"felicidad"...más cuadrículas de color y menos de oscuridad...

Lo que vulgarmente denominamos “corazón”/”alma”/”espíritu”, etc. hace referencia a “algo” que no tiene límites, porque dichos límites y/o limitaciones las ponemos/instalamos/colocamos nosotros mismos: somos las propias personas las que lo aprisionamos a nuestro "corazón"/"alma"/"espíritu", las que lo ponemos barrotes y cortapisas, por condicionamientos y mentalidades sociales mayoritarias existentes en la sociedad y épocas concretas...límites y prohibiciones de todo tipo...algo que provoca y supone el nacimiento y la existencia de miedos, inseguridades, incomprensiones y consecuencias prácticas negativas, efectos represivos y restrictivos de toda índole en la vida cotidiana encadenada que normal y mayoritariamente se va viviendo por todos nosotros.




















Lo normal es que haya poquísimas personas que lleguen a estar en dicha cima hipotética de la pirámide escalonada, en la pirámide que hemos mencionado como una forma de entender el tema. Un ejemplo claro de dichas personas ha sido Vicente Ferrer: cristiano practicante total, con familia, etc. Sí, como diríamos en una conversación popular: "Hay pocos santos".